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viernes, 25 de marzo de 2016

[Pensamientos nocturnos] ¿Por qué me gusta leer?


¡Hola, mininos! Hoy quería hablar sobre algo que escuché el otro día, de camino a un festival que se organizó al lado de mi universidad con el fin de celebrar el inicio de las vacaciones, y que me indignó sobremanera. Porque es que ese comentario no sólo me afectó porque soy mujer sino que, además, me decepcionó como persona. No puedo creer que a día de hoy persistan esos valores y esos prejuicios tan abominables a la par que estúpidos, por decirlo con suavidad. Os voy a contar qué ocurrió para que juzguéis vosotros mismos.

Iba de camino al susodicho lugar, en el tren, y en los asientos que había justo a mi lado se sentó un grupo de cuatro chicos. A la legua se notaba que iban al festival (por lo que parecía no habían ido nunca, estaban muy emocionados, no eran universitarios) y no tardaron en confirmar mis sospechas. Entonces uno de ellos dijo a los demás: Siete mil tías. Ninguna virgen. A lo que otro de ellos respondió: Bueno, a lo mejor alguna hay. Pero el primer chico insistió con rotundidad: Qué va, ni una. A esto le siguieron las risas orgullosas de unos jóvenes que habían creído ser muy ingeniosos, sin saber que lo único que habían logrado era demostrar a todas las chicas que estábamos a su alrededor (y ya os digo que éramos muchas) que su sentido del humor era inexistente y que, por la cuenta que traían, de los miles de tíos en el festival ya podíamos restar cuatro que no tenían dos dedos de frente. Yo me limité a mirarles sin dar crédito; podría haberles dicho algo, es cierto, puede que me hubiese sentido mejor cantándoles las cuarenta, pero lo consideré tan pérdida de tiempo que me di la vuelta y contemplé el paisaje a través de la ventanilla. Si no han aprendido modales ya, no creo que una desconocida en el tren les haga recapacitar.

Y os estaréis preguntando... ¿qué tiene que ver esto con que te guste leer, Lilly? Pues me refiero a que, ¡gracias a los dioses nórdicos!, hay libros que sirven de cura para esta enfermedad del pensamiento, si me permitís la expresión. Todo a nuestro alrededor condiciona este tipo de mentalidades, desde la televisión (ésta especialmente), las personas de nuestro entorno y nuestra propia educación, hasta los libros que hoy por hoy suelen acuñarse como tóxicos porque predican comportamientos que no deberían. No sé por qué os gusta leer a vosotros, pero una de las razones que a mí me anima a no dejarlo es el hecho de que cada libro me enseña algo nuevo y me gusta pensar que me hace mejor persona; hablo de libros, pero obviamente también hay series y películas que tienen el mismo objetivo. 

Sin embargo, a veces los libros no tienen fines didácticos o no de forma directa al menos, sino que lo que intentan es dejar al lector que decida qué es lo bueno y qué no lo es. Le hacen reflexionar, replantearse cosas, ser jueces de las circunstancias. Porque en esta vida... nadie debería obligarte a pensar de una forma concreta. Tú mismo, con tus propios razonamientos, deberías ser capaz de ver luz allí donde la hay y tratar con respeto al resto de individuos que viven contigo en este mundo. Me considero a mí misma feminista cuando toca, pero no he escrito esta entrada por eso, más bien porque no tolero ningún tipo de menosprecio hacia nadie. 

Supongo que lo que quiero decir con esto es que debería hacerse más hincapié en la educación de las personas. Debería fomentarse la lectura, los contenidos de calidad y no aquello que se hace viral porque es gracioso. Porque muchas veces el es gracioso implica reírse a costa de personas con sentimientos, con ideales y valores de mucho peso. ¿Por ir a un festival, ser mujer y/o universitaria se debe asumir que eres una fresca? ¡Vamos, por favor! Los prejuicios no llevan a ninguna parte y, sin duda, hasta que no desaparezcan por completo en el mundo seguirán habiendo resquicios de ignorancia intolerable. Creo que más adelante haré una entrada mencionando libros que creo que pueden ayudar en este tipo de situaciones, a ver si así a alguien la medicina le hace un poco de efecto.

¿Qué pensáis vosotr@s? ¿Os habéis topado alguna vez con personas que piensan así?


Lilly