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domingo, 20 de diciembre de 2015

[Pensamientos nocturnos] Christmas Day


¡Hola, mininos! Hoy quería hablaros un poco de este día tan especial, ese que algunos aman y que otros tantos odian porque dicen que es una festividad completamente superficial. Soy consciente de que en estas fechas las empresas se forran con todos los regalos, ¿quién en su sano juicio no lo sabe?, pero no tienes que comprarlos si no quieres; de hecho, puedes hacer algo tú: escribir una carta, imprimir unas fotos, reciclar materiales, dar un abrazo o simplemente hacer una visita. ¡Dejad libre vuestra imaginación! Y a ver si podemos relegar al olvido las colonias, los calcetines o los pijamas... aunque si huelen a melocotón o tienen animalitos adorables -gatos, gatos, gatos- una tampoco se queja.

Sin embargo, no vengo a hablaros sobre si gusta o no gusta la navidad, sino de regalar libros. La mayoría no sabe hasta qué punto es importante, pero para nosotros, los lectores, ver un libro bajo el árbol (o arriba, entre las ramas, como angelito o donde sea) es una grata sorpresa. Puede que te preguntaran si querías un libro en concreto, que te pidieran una lista o te dieran el dinero en mano para que fueras a comprarlo con ellos o por tu cuenta, pero el detalle es lo que cuenta al fin y al cabo. Y, ¿sabéis qué? Hay algo especial, mágico y único en que alguien te regale un libro de forma totalmente inesperada. Después da igual si es alguno que querías o si es el libro menos conocido del mundo, porque sabes que esa persona te conoce y ha tenido un detalle muy grande. 

A lo mejor luego resulta que le ha preguntado a alguien que comparte tu amor por los libros, que ha sido suerte o que ha mirado tu wishlist, pero en el fondo eso sigue significando que te conoce al menos un poco. Que sabe que tienes un blog y que ahí está tu wishlist, que sueles meterte mucho en determinadas páginas de libros, que un día te escuchó decir que querías leer tal libro... Sea por lo que sea, nos hace ilusión. ¿Tal vez demasiada? Sobre todo, en mi caso, cuando es algo que ni por asomo me esperaba. Creo que no soy la primera ni la única a la que se le ha quedado una sonrisa de niña tonta en los labios durante todo el día. Sé que no sólo pasa eso con los libros, hay muchísimos regalos que nos ablandan el corazón, no obstante yo aprecio profundamente que se decanten por un libro. Porque no llevamos escrito en la frente que nos encanta leer -que yo sepa al menos-, aunque a veces demos unas cuentas pistas, y que alguien elija un libro entre todas las cosas regalables del universo ya significa algo.

Supongo que es porque un libro son mucho más que un puñado de páginas para nosotros. Son historias, momentos, recuerdos, personajes y lecciones que se nos graban en la piel y en la mente. Son tesoros que pueden llegar a cambiar nuestra forma de ver el mundo, a ayudarnos a superar las dificultades o a crear vínculos valiosos con las personas. ¿Qué fue de aquel libro que te hizo enamorarte de la literatura? ¿De aquel que te regalaron en tu cumpleaños y que se convirtió en tu favorito? ¿De aquel personaje que os maravilló a ti y a tu -te dejo que acabes la frase-? Están ahí, guardados con cuidado, y cuando no lo están los echamos de menos.

Así que ya sabes, estas navidades si puedes y quieres, lo más importante, regala un libro, regala una historia a esa persona que lo apreciará enormemente. Estoy segura de que te lo agradecerá con una sonrisa inolvidable y, si además aciertas con tu elección, te ganarás un huequito en la lista de 'Personas que amaré hasta el fin de los tiempos'.

¡Felices fiestas mininos y que el Santa de Tchin tchin venga con tres pares de libros para nosotros! Porque... #QuienTieneUnLibroTieneUnTesoro

¿Vosotros qué pensáis? ¿Qué queréis vosotros por navidad? ;)


Lilly